miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿Madonas o Divas?


¿Madonas o Divas?

Jorge Sarquís

Decía doña Eleonor Roosevelt, “El futuro pertenece a los hombres que creen en la belleza de sus sueños”. Me vinieron a la memoria las palabras de la ilustre esposa del Presidente Roosevelt porque hacía mucho tiempo que no tenía la oportunidad de escuchar a alguien hablar de sus sueños y es una experiencia vigorizante, rejuvenecedora, reconciliadora.
Ayer por la mañana, en la USBI del Campus Ixtac el Dr. Raúl Arias Lovillo, Rector de la Universidad Veracruzana, presentó a la comunidad académica y estudiantil de la Facultad de Contaduría los avances del proyecto del Campus Ixtac y anunció que la mencionada dependencia será la primera en mudarse a las nuevas instalaciones en marzo del 2009. Ante una sala llena de académicos y alumnos, Emilio Zilli de Bernardi, Vicerrector de la UV en la región Córdoba Orizaba dio la bienvenida y presentó a los altos Directivos de la Universidad que conformaron el presídium para la ocasión. Miguel Ehrenzweig Director de Proyectos Construcción y Mantenimiento, resumió los avances en el desarrollo del proyecto arquitectónico; enseguida Ricardo Corzo y Fidel Saavedra, Secretario Académico y Director del Área Económico Administrativa, respectivamente, abordaron el tema del nuevo modelo de organización académica Departamental de la Universidad, en correspondencia con el modelo educativo integral flexible que ya opera.
Durante la sesión de preguntas por parte de la comunidad luego de la presentación a cargo de los citados funcionarios, tuve que hacer un gran esfuerzo por no dejar de pensar en las palabras de Voltaire, integradas ya al decálogo de la democracia moderna: “Detesto lo que dices, pero daría mi vida defendiendo tu derecho a decirlo”. Calificar de deplorable la participación de la mayoría de los estudiantes que tomaron la palabra, así como la de unos cuantos de nuestros compañeros profesores, señalando los fallos o las carencias del proyecto, sería magnánimo. Como miembro de la comunidad de la Universidad Veracruzana de la región centro, lamento enormemente el bajo nivel de esas participaciones. Me hace pensar que no hemos hecho muy bien la labor en lo que a cultivo del espíritu universitario se refiere.
A mediados de los años setenta, cuando yo estudié la carrera, la universidad a la que asistía estaba en construcción y mi generación completa fue llamada a trabajar en la construcción de nuestras aulas, todos le entramos. No había transporte público hasta el plantel y debíamos caminar más de medio kilómetro para llegar a clases o de regreso para tomar el autobús a casa; nuestra modesta cafetería consistía de una sencilla palapa donde podíamos consumir tortas, tacos y aguas frescas; justo el año que me gradué se estrenó la nueva y moderna cafetería, ya no nos toco. Nuestra biblioteca era sencilla; regularmente teníamos que viajar a alguna de las bibliotecas de la UNAM o bien hasta Texcoco, a la Universidad de Chapingo. Los laboratorios de mi universidad no los vimos en pié; las prácticas de campo se realizaban en el rancho Santa Elena, en el estado de Tlaxcala, a dos horas de la ciudad de México. La universidad no contaba con un autobús para nosotros; para poder ir al rancho viajábamos en los pocos autos de algunos de los afortunados compañeros de carrera que contaban con uno o bien en autobús desde la estación de autobuses en el centro de la ciudad. Ah, y nadie, nadie en la universidad estaba becado.
¿Qué ha cambiado? ¿Por qué ahora tantos alumnos muestran la actitud de Madonas, de Divas? ¿Por qué exigen tanto como si de verdad merecieran? ¿Por qué no dejan de preguntar qué puede hacer la universidad por ellos, cuando lo que tendrían que preguntarse a sí mismos es qué pueden hacer ellos por su universidad?
Me deprime pensar que hace treinta años había mística y ahora no la hay; prefiero creer que nuestra sociedad ha cambiado, para bien y para mal, ha cambiado y lo que ocurre es que entre tantos distractores, muchos pierden de vista lo esencial; como un amigo me dijera alguna vez en medio de cierta tribulación, obstáculo es todo aquello que queda a la vista cuando le quita uno los ojos de encima al objetivo. En su alocución el Doctor Arias Lovillo, en una muestra de madurez institucional y sobre todo de claridad de visión, dejo cada cosa en su lugar; no perdamos de vista lo importante, que es el futuro de ustedes y de sus hijos, mandó el mensaje, no podemos aspirar a la excelencia desde la autocomplacencia.
“El futuro pertenece a los hombres que creen en la belleza de sus sueños”. Futuro, creer, soñar. El futuro es una construcción cotidiana; hace mucho que dejamos de ser juguetes en manos de los Dioses, somos los únicos Dioses que quedan en el Olimpo; depende de nuestro proceder que pasen otros quinientos años y todo siga igual, o que el México que todos exigimos se convierta en realidad. Creer; la única clase de vida que vale la pena vivir es un acto de fe. Soñar; estamos hechos del mismo material que los sueños; soñemos pues, que la vejez llegó cuando hemos dejado de soñar.
Jorge Sarquís
Investigador

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