viernes, 19 de diciembre de 2008

El zapatazo


El zapatazo

Muntazer al Zaidi, lanzó su calzado contra el diablo, representado en la figura de Bush
Opinión - 19/12/2008 8:48 - Autor: Emilio Soler - Fuente:


Una foto de archivo de Muntazer al-Zaidi en Beirut proporcionada por su familia. - AFP

El presidente Bush, a quien sus días como presidente de la nación más poderosa del mundo se le acaban inexorablemente, no ha dudado en darse un último garbeo por el mundo musulmán antes de abandonar la poltrona que tan trágicamente ha marcado los últimos ocho años de la historia mundial. En Irak, país donde le contemplan centenares de miles de muertos merced a su descabellada acción conquistadora, a pesar de su reciente reconocimiento de que le habían equivocado sus servicios de inteligencia con aquello de las armas mortíferas que almacenaba el tirano iraquí, una especie de petición de perdón a la americana, ha sido recibido como se merecía. Un joven periodista enemigo acérrimo de Sadam Hussein, Muntazer al Zaidi, pero contrario a la injusta invasión de su país por las fuerzas internacionales comandadas por los USA, aprovechó su presencia en un acto propagandístico del multimillonario político texano para lanzarle un par de zapatos mientras le gritaba "perro". Ambas actitudes del trabajador de la televisión Al Bagdadía son bien significativas en el mundo islámico. Perro es un calificativo denigrante en la cultura árabe para el que lo recibe y que, al parecer, fue copiado por los cristianos de los musulmanes cuando, en plena Reconquista, se dedicaban a lanzar cautivos sarracenos vivos desde los desfiladeros que rodean la frontera entre Andalucía y Castilla: lo que ahora conocemos, ¡ay!, como Despeñaperros.
Por otro lado, la costumbre de lanzar el zapato aparece frecuentemente en el mundo de la fe islamista cuando los creyentes se enfrentan al diablo (perfectamente representado por Mr. Bush). Así lo realizan los millones de musulmanes que efectúan todos los años la travesía sagrada y obligatoria del Hayy o Peregrinación a La Meca. Durante el mes de Dul-Hiyya, que suele coincidir con nuestro diciembre ya que los cristianos nos regimos por años solares y los musulmanes por años lunares que tienen unos pocos días menos, los peregrinos que ya han llegado a La Meca emprenden el camino hacia la colina de Arafa. En el camino de regreso a La Meca, la ciudad en la que murió el profeta Mahoma y donde está ubicada la Kaaba, la multitud pasa por Mina, un lugar donde deben efectuar un acto extremadamente simbólico y que recuerda cuando al profeta se le apareció Belcebú en el desierto y Mahoma se vio obligado a lanzarle siete piedras para que huyera el satánico con el rabo entre las piernas. Lo que ocurre es que la tradición de lanzar un zapatazo al demonio está tan extendida en el mundo islámico que muchas veces los peregrinos, una vez agotadas las siete piedras, tan pequeñas como garbanzos que han ido recogiendo en su caminar por el desierto, no dudan en lanzar contra el monolito que las autoridades saudíes han levantado al efecto sus propios zapatos como muestra de desprecio. Esto, exactamente, es lo que ha hecho el periodista Muntazer al Zaidi, lanzar su calzado (parece que eran del número 44, caramba con el iraquí) contra el diablo satánico que junto a sus compinches Blair y Aznar prepararon con minuciosidad la invasión de un país a sabiendas de que no era cierto lo que se decía de las pretendidas armas de destrucción masiva que, curiosamente, fueron los aliados los que las llevaron hasta allí. Y las usaron. Vaya que sí.
Emilio Soler es profesor de Historia Moderna de la Universidad de Alicante.

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